¿Legalización o despenalización?
Esta semana ha saltado a las noticias españolas que se abre el debate para la legalización del cannabis a propuesta del partido Más País. Dicho partido, básicamente, lo que pretende es despenalizar la tenencia de cannabis con finalidad recreativa para mayores de edad pudiendo transportar por el consumidor hasta 10 veces la cantidad fijada de consumo diario, es decir, despenalizar su uso en la vía pública y el uso terapéutico, además de generar empleos y una buena recaudación para el Estado, entre otras muchas cosas.
En mi opinión no hace falta legalizar el consumo de drogas, será suficiente con despenalizar su prohibición.
En primer lugar, es preciso diferenciar estos dos conceptos: mientras que legalizar se refiere a incorporar una práctica o costumbre a una norma, despenalizar, en cambio, alude a destipificar una conducta que venía siendo considerada ilícita.
En segundo lugar, la pregunta es: si despenalizáramos, ¿habría más consumidores?
Esta pregunta es, por razones obvias, difícil de responder. No obstante, tenemos ejemplos en los que reflejarnos. Así, cuando se derogó la Ley Seca en Estados Unidos, se publicó que el consumo subió, en un primer momento, a un 5%, más tarde a un 7% y un año después el consumo era un 0,5% inferior.
Así, lo más probable es que sí en un primer momento haya más consumidores, que experimentan con la sensación de probar algo nuevo de manera lícita, no obstante, y siguiendo el ejemplo anterior, eso pasaría y dejaría de ser lo divertido de lo prohibido. Aún así, es elemental la formación y la información, que sepamos a qué nos estamos enfrentando, su composición, sus efectos -a corto y largo plazo- y su procedencia. Desde tiempos inmemoriales se ha dicho que la información es poder: a informarnos.